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Alcorcón, Madrid, Spain
Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid.

miércoles, 24 de agosto de 2011

La reforma constitucional

"Nuestra vigente Constitución cumplirá treinta y tres años a finales de este año. Durante estas tres décadas no ha experimentado ninguna revisión salvo el mero ajuste técnico sobre el sufragio activo y pasivo en las elecciones locales de los ciudadanos comunitarios residentes en España. Sin embargo, en la práctica, nuestra Carta Magna ha sufrido cambios sustanciales de naturaleza muy agresiva. A través de la vía torticera de las reformas estatutarias, la Ley de leyes de 1978 ha sido vaciada de contenido, desvirtuada y en cierto modo traicionada, hasta convertir España en un Estado híbrido entre lo federal y lo confederal.

Nuestra Norma Suprema contiene deficiencias muy graves que el tiempo ha ido poniendo de relieve con resultados desastrosos para el correcto funcionamiento de las instituciones y para la cohesión nacional. Los puntos débiles de la Constitución actual son básicamente tres: el carácter abierto de la estructura territorial del Estado, los partidos y el poder judicial.

El desarrollo constitucional diseñado en la Transición se basaba en la hipótesis de que los dos grandes partidos nacionales, de centro-derecha y de centro-izquierda, demostrarían en todo momento sensatez, altura de miras y patriotismo a la hora de ir llenando de contenido las previsiones contenidas en la Constitución y mantendrían a raya las reivindicaciones disgregadoras de los nacionalistas.

La experiencia ha sido, por desgracia, muy otra. Las dos principales fuerzas políticas no han dudado en aliarse con los separatistas para neutralizar a su adversario y este proceso perverso ha sometido cuestiones de Estado de enorme trascendencia a las coyunturas electorales.

Hoy el Estado es inoperante e ineficiente, nuestro sistema político es insostenible y nuestra democracia ha degenerado en una partitocracia infestada de corrupción, clientelismo, localismo y despilfarro. El acuerdo entre PP y PSOE para introducir en la Constitución un techo de déficit es consecuencia de la presión ejercida por la Unión Europea y revela que la reforma es posible si ambos la impulsan al unísono.

Este asunto concreto, derivado de la necesidad de controlar la irresponsabilidad de unos gobernantes proclives al endeudamiento suicida, nos recuerda que la Constitución de 1978 está necesitada de un replanteamiento profundo en diversos y decisivos frentes. El Gobierno presidido por Mariano Rajoy que surja de las urnas el próximo 20 de noviembre ha de tener como uno de sus objetivos prioritarios la puesta a punto de la Constitución, sin adanismos ni rupturas, con pleno respeto a su espíritu original, pero corrigiendo sus numerosas fragilidades que nos han arrastrado a la ruina material y a la descomposición moral".

Alejo Vidal-Cuadras

Aquí podéis ver la intervención de Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados. El presidente del Partido Popular apoya la propuesta del Gobierno de reformar la Constitución para establecer una regla de estabilidad de gasto y ha recordado que el PP lo planteó hace un año

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